El verano llegaba y parecía que los estudiantes, los trabajadores y hasta la solidaridad se iban a ir de vacaciones, una situación alegre para muchos pero que hacía muy difícil la labor de la Fundación Jesús Abandonado.

Para contrarrestar esta diáspora, decidimos colaborar con ellos desarrollando una campaña de publicidad para animar a los más jóvenes a aprovechar sus vacaciones para hacerse voluntarios.

El resultado: unas piezas de campaña divertidas y muy frescas, que empatizan con el público objetivo, presentando de una manera muy gráfica el dulce sabor de ayudar a los que más lo necesitan.